miércoles, 21 de mayo de 2014

Y qué tal hoy un cuento?

No sé en qué momento de mi vida me lo contaron, lo encontré, lo leí... Lo que sí sé es que de esto hace ya mucho y aún así me sigo acordando y me sigue encantando.

Hoy quería compartirlo con vosotros

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.

Cuando el ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, la LOCURA, como siempre tan loca, le propuso:

- Jugamos al escondite?

La INTRIGA levantó la ceja intrigada y la CURIOSIDAD, sin poder contenerse, preguntó: ¿Al escondite?, y ¿cómo es eso?

- Es un juego -explicó la LOCURA- en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón y ustedes se esconden. Y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego.

El ENTUSIASMO bailó secundado por la EUFORIA. La ALEGRÍA dio tanto saltos que terminó por convencer a la DUDA, e incluso a la APATÍA, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La VERDAD prefirió no esconderse. Para qué? si al final siempre la encontraban. Y la SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo, lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya), y la COBARDÍA prefirió no arriesgarse.

- Uno, dos, tres... -comenzó a contar la LOCURA.

La primera en esconderse fue la PEREZA, que, como siempre, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La FE subió al cielo y la ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio esfuerzo había conseguido subir a la copa del árbol más alto. La GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse; cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para la BELLEZA; que si el bajo de un árbol, perfecto para la INTIMIDAD; que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para la VOLUPTUOSIDAD; que si una ráfaga de viento, ideal para la LIBERTAD... Así que terminó por ocultarse en un rayito de sol. El EGOÍSMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero sólo para él.

La MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (¡mentira!. En realidad se escondió en detrás del arcoiris). Y la PASIÓN y el DESEO en el fondo de los volcanes. ¿El OLVIDO? Se me ha olvidado dónde se escondió... pero eso no es lo importante.

Cuando la LOCURA contaba 999.999, el AMOR todavía no había encontrado un sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado, hasta que descubrió un rosal y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores.

-¡Un millón! -contó la LOCURA, y comenzó a buscar.

La primera en aparecer fue la PEREZA, sólo a tres pasos de la piedra. Después se escuchó a la FE cantando con Dios en el cielo. Y a la PASIÓ y al DESEO los sintió en el vibrar de los volcanes. 

En un descuido encontró a la ENVIDIA y, claro, pudo deducir dónde estaba el TRIUNFO. Al EGOÍSMO no tuvo ni que buscarlo. Él solito salió disparado de su escondite, que hab´´ia resultado un nido de avispas.

De tanto caminar sintió sed y, al acercarse al lago, descubrió a la BELLEZA. Y con la DUDA resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún de qué lado esconderse.

Así fue encontrando a todos: el TALENTO entre la hierba fresca; la ANGUSTIA en una oscura cueva; la MENTIRA detrás del arcoiris y hasta el OLVIDO, al que ya se le había olvidado que estaba jugando al escondite.

Pero sólo el AMOR no aparecía por ningún sitio.

La LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, en la cima de las montañas... y cuando estaba a punto de darse por vencida, divisó un rosal y las rosas. Y tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un doloroso grito se escuchó. Las espinas habían herido en los ojos al amor. La LOCURA no sabía que hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró y hasta prometió ser su lazarillo.

Desde entonces, desde que por primera vez se jugó al escondite en la tierra EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA LO ACOMPAÑA SIEMPRE 


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